La Casa de Espiritualidad acoge a personas, grupos y movimientos que buscan un tiempo de silencio, oración y encuentro profundo. Rodeada de naturaleza y alejada del ruido cotidiano, ofrece un ambiente propicio para retiros, convivencias y experiencias formativas desde la fe.
Cada rincón invita a la interioridad, al descanso del alma y al reencuentro con Dios en un clima de paz, sencillez y recogimiento.